Los padres y educadores son los responsables de ello, son quienes transmiten los hábitos a los más pequeños, con lo cual la educación alimenticia debe ser primordial para la efectividad del manejo correcto de los alimentos y preparaciones, para luego, obtener un desarrollo adecuado y se tenga un buen estado físico y mental.

Existen tres etapas importantes, con ello te permitirá tener mapeadas las elecciones correctas de alimentos, con base a cada fase en que se encuentren los miembros de la familia, además, tener la motivación en los cuidados necesarios para una excelente calidad de vida.

En la etapa de crecimiento:  Esta es la etapa más impórtate, precisamente es la que necesita consumir alimentos que proporcionen nutrientes plásticos o formadores de la estructura y órganos corporales cómo: proteínas de alto valor biológico como lácteos, carnes y huevo.

En la juventud: Entre los 12 a 25 años se necesitan más alimentos energéticos que suministren las calorías necesarias para desarrollar un mayor trabajo físico: como las pastas, los cereales, papa, choclo y arroz, también es necesario consumir verduras y proteínas, como carne de cerdo, pollo y pescado.

En la madurez: En ella tenemos más restricciones, porque necesitamos mantener el equilibrio, se precisan más nutrientes reguladores: vitaminas, minerales, capaces de normalizar todos los procesos que tienen lugar en el organismo, la dieta debe estar basada en proteínas y verduras, tratar de no consumir muchos carbohidratos y grasas.

Para todos los miembros de la familia hay un menú especial que ayuda a potencializar la energía, el desarrollo de las actividades de cada uno y es importante resaltar que debemos cuidar a los que más queremos del consumo de azúcar.   

@felipehortua - comunicador social 

andresfelipehortuaguerrero@gmail.com